viernes, 7 de junio de 2013

CAPULLO

Hola amigos, ¿Cómo vais? Ya sabéis, espero de corazón que sigáis bien y seáis felices. No como yo, que a veces pienso que era una mariposa que se ha transformado en capullo, o aún peor, todo lo contrario.

Con esta carta os adjunto unas cuantas canciones isotónicas. Disfrutadlas.

A otra cosa, hablábamos la otra mañana un grupo de padres experimentados con un pardillo pendiente aún de pasar por maternidad. Pero mejor os transcribo la conversación:
-Mira, tú verás si me haces caso o no, pero te voy a dar un consejo. Qué tu mujer dice de comprar un Bugaa-boo, una amaquita, una minicuna, un esterilizador, un cambiador con bañera… ¡¡Un Walky-talky con video-camara de infrarojos!! Lo que sea, da igual… Escúchame. Ni se te ocurra discutir. Sólo hay que decir: Sí, pero vas tú a comprarlo que ya sabes lo que quieres.

Otra buena es aquel mensaje que un amigo le escribió a su mujer:
-Nena, llego en media hora. Pero si en 30 minutos no he llegado, vuelve a leer este mensaje.

Otra. Tengo una duda con respecto a unos ajetes tiernos que cenamos anoche. ¿Cuál es la diferencia entre, robo y hurto?

Bueno, sobre eso de comprar cositas a china o EEUU directamente para ahorrar unos cuantos €uros (yo sólo he pillado en Hong Kong unas equipaciones “oficiales” de equipos ciclistas “Made in Italy” y mi GPSito en Oregón). Pues atentos, ahora te lo retienen en aduana un mes o dos, te cobran los impuestos arancelarios que les da la gana y te clavan una multa de 250€ por intento de fraude. Así que, OJITO.

Os tengo que contar la advertencia que me dio hace poco una de mis amigas inteligentes: “El Whatsapp acerca a los que están lejos, pero aleja a los que están cerca”. Esto parece obvio a primera vista, como un refrán, pero no tiene porqué ser así, la tecnología bien manejada puede ayudar también a los que están cerca.

A medida que aumenta el número de retratos en el mueble del salón, señal inequívoca de que me estoy haciendo viejo, me doy cuenta de que el tren de la vida va pasando estaciones donde la gente (amigos, familia, compañeros…) se suben o bajan. Pero, el tren debe continuar hasta el final de su propio trayecto.

Hace poco, estuvimos un finde en El Pontarrón (Ayna). Estábamos en la puerta disfrutando del sol y no dejaban de pasar grupos de moteros. Entonces Pilar, que se había dado cuenta de que los miraba con desazón, me dijo. “Todos esos son solteros sin hijos… ó ya los tienen en el instituto”.

Un saludo, hasta pronto.
Pedro Serrano.

P.D.: Era broma, los ajetes tiernos los cogimos de las ricias de un tío de Pilar.
P.D.: Ponerle a vuestro perro el collar antiparásitos. Ya ha comenzado la temporada de garrapatas.

No hay comentarios: